Nomofobia: la adicción invisible al móvil

En la actualidad, el uso del teléfono móvil se ha convertido en una herramienta indispensable para la vida cotidiana. Sin embargo, el creciente vínculo emocional y funcional con estos dispositivos ha dado lugar a un fenómeno cada vez más preocupante: la nomofobia. Este término, derivado del inglés «no-mobile-phone phobia«, se refiere al miedo irracional a estar sin el teléfono móvil o fuera del contacto con él. Aunque no está formalmente reconocido como un trastorno en los manuales diagnósticos como el DSM-5 o la CIE-11, su prevalencia y sintomatología han llevado a muchos expertos a considerarlo un problema psicológico emergente relacionado con el uso adictivo de la tecnología.

¿Qué es la nomofobia?

La nomofobia se define como una dependencia psicológica que genera ansiedad ante la idea de no tener acceso al teléfono móvil. No se trata solo del uso excesivo del dispositivo, sino de un miedo irracional y persistente a estar desconectado. En algunos casos, esta ansiedad puede interferir considerablemente en la vida diaria de la persona, afectando sus relaciones sociales, su rendimiento laboral o académico, y su bienestar emocional (Bragazzi & Del Puente, 2014).

Aunque guarda relación con el uso problemático del teléfono móvil, la nomofobia tiene una dimensión más emocional y ansiosa. Mientras que el uso problemático se refiere al uso excesivo y descontrolado del dispositivo, la nomofobia implica un malestar intenso incluso cuando no se está utilizando activamente el móvil, solo por la posibilidad de no tenerlo cerca o de quedarse sin batería o cobertura.

Criterios diagnósticos

Como se ha mencionado, la nomofobia aún no está incluida en los principales manuales diagnósticos. Sin embargo, se han propuesto criterios basados en diversas investigaciones, como los de Yildirim y Correia (2015), quienes desarrollaron el Nomophobia Questionnaire (NMP-Q). Este instrumento evalúa aspectos como:

  • La incapacidad de comunicarse con otros.
  • La pérdida de conexión y acceso a información.
  • La renuncia a la comodidad proporcionada por el teléfono.
  • La ansiedad por la falta de acceso.

Entre los signos de alarma que pueden indicar la presencia de nomofobia se encuentran:

  • Revisar compulsivamente el dispositivo sin motivo claro.
  • Llevar el móvil al baño o dormir con él bajo la almohada.
  • Experimentar ansiedad, irritabilidad o angustia cuando se olvida el teléfono o se queda sin batería.
  • Evitar situaciones en las que no se pueda usar el móvil (como cines, teatros, clases o reuniones).
  • Uso del móvil como estrategia de afrontamiento ante emociones negativas.

La nomofobia suele estar acompañada de otros problemas como el insomnio, dificultades de concentración, síntomas depresivos y aislamiento social (Bhattacharya et al., 2019).

¿Quiénes son los más afectados?

Diversos estudios señalan que la población más afectada por la nomofobia son los adolescentes y adultos jóvenes, especialmente entre los 15 y 25 años (Gezgin, 2018). Esta etapa del desarrollo se caracteriza por una alta necesidad de pertenencia social y exploración identitaria, lo cual puede incrementar la dependencia emocional a los dispositivos móviles, especialmente a las redes sociales.

Además, se ha observado una mayor prevalencia en personas con rasgos de ansiedad, inseguridad o baja autoestima. En estos casos, el móvil puede convertirse en un mecanismo de compensación emocional, reforzando su uso excesivo.

El informe del Plan Nacional sobre Drogas (ESTUDES, 2023) resalta que el 41,4 % de los estudiantes entre 14 y 18 años presenta un uso compulsivo del móvil, lo cual podría ser un indicador temprano de nomofobia si se acompaña de síntomas emocionales asociados.

Conclusión

La nomofobia es una manifestación contemporánea del impacto psicológico de la tecnología en nuestras vidas. Aunque no está oficialmente reconocida como un trastorno, sus consecuencias emocionales, conductuales y sociales son cada vez más evidentes. Identificar los signos de alarma y entender sus diferencias con el uso problemático del móvil permite a profesionales de la salud mental intervenir de forma más eficaz.

Dada su prevalencia entre jóvenes, es esencial promover la educación digital y el desarrollo de habilidades emocionales que reduzcan la dependencia al dispositivo. Asimismo, es necesario seguir investigando este fenómeno para establecer criterios diagnósticos más precisos y estrategias de prevención eficaces.

Bibliografía

Bhattacharya, S., Bashar, M. A., Srivastava, A., & Singh, A. (2019). Nomophobia: No mobile phone phobia. Journal of Family Medicine and Primary Care, 8(4), 1297–1300. https://doi.org/10.4103/jfmpc.jfmpc_71_19

Bragazzi, N. L., & Del Puente, G. (2014). A proposal for including nomophobia in the new DSM-V. Psychology Research and Behavior Management, 7, 155–160. https://doi.org/10.2147/PRBM.S41386

ESTUDES. (2023). Encuesta sobre uso de drogas en enseñanzas secundarias en España. Plan Nacional sobre Drogas.

Gezgin, D. M. (2018). Understanding patterns for smartphone addiction: Age, sleep duration, social network use and fear of missing out. Psychiatry and Clinical Psychopharmacology, 28(1), 1–7. https://doi.org/10.1080/24750573.2017.1418762

Yildirim, C., & Correia, A. P. (2015). Exploring the dimensions of nomophobia: Development and validation of a self-reported questionnaire. Computers in Human Behavior, 49, 130–137. https://doi.org/10.1016/j.chb.2015.02.059

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